Más de 80 ejecutivos de empresas de criptomonedas y tecnología financiera han unido fuerzas para solicitar al presidente Donald Trump que intervenga contra las nuevas tarifas que los bancos pretenden imponer por el acceso a datos de clientes.
Esta medida de los bancos, que entraría en vigor en septiembre, ha generado una intensa disputa entre la industria bancaria tradicional y el sector emergente de activos digitales, que han solicitado la ayuda de Trump.
La carta a Trump que pone en alerta a la Casa Blanca y a los banco
La Asociación de Tecnología Financiera (FTA) publicó una carta dirigida al presidente Trump, firmada por ejecutivos de compañías como Gemini, Robinhood, el Consejo de Innovación Crypto y la Asociación Blockchain. En el documento, los líderes empresariales advierten que estas tarifas “exorbitantes” amenazarían el modelo de negocio de sus plataformas y limitarían la capacidad de los consumidores para conectar sus cuentas bancarias con productos financieros alternativos.
Los firmantes argumentan que los grandes bancos estadounidenses están “amenazando activamente el progreso” de la administración Trump al imponer barreras que restringen el acceso de los consumidores a servicios financieros esenciales. Según la carta, estas medidas van en contra de la visión económica del presidente y podrían debilitar el liderazgo estadounidense en innovación financiera, criptomonedas e inteligencia artificial.
El trasfondo: la regla de banca abierta de Biden
El conflicto tiene sus raíces en la “regla de banca abierta” finalizada en octubre de 2024 por la Oficina de Protección Financiera del Consumidor bajo la administración de Joe Biden. Esta normativa otorgó a los clientes el derecho a compartir sus datos bancarios con proveedores externos sin costo adicional, una medida celebrada por las empresas crypto pero fuertemente cuestionada por los grupos bancarios tradicionales.
Inicialmente, Trump apoyó los esfuerzos para eliminar esta regla, alineándose con los bancos. Sin embargo, cambió de postura en julio pasado debido a la presión de la industria crypto. Su administración ahora mantiene la regla vigente mientras trabaja en una versión revisada.
Se trata de algo más que una disputa de precios con los bancos
Los ejecutivos de fintech y crypto enfatizan que su oposición no se centra en el debate sobre precios justos, sino en el diseño anticompetitivo de estas tarifas. Aseguran que el acceso gratuito a datos es fundamental para permitir transferencias fluidas entre cuentas bancarias y plataformas de criptomonedas, lo que consideran esencial para el ecosistema de activos digitales.
“Cortar esta conexión llevará la innovación al extranjero y disminuirá la influencia estadounidense”, advierte la carta, vinculando directamente el tema con la agenda pro-crypto de Trump. Los líderes empresariales sostienen que bloquear el acceso libre a la información de cuentas sofocaría la expansión de pagos de bajo costo y aumentaría los costos para pequeñas empresas.
La respuesta de los bancos tradicionales al sector cripto y a Trump
Los grupos bancarios, liderados por la Asociación de Banqueros Americanos (ABA), respondieron con firmeza a estas acusaciones. Critican a la industria crypto por buscar “fijación gubernamental de precios” y exigir un trato especial que consideran injusto.
“El doble estándar que estas empresas quieren perpetuar, donde pueden cobrar tarifas por sus servicios mientras esperan que los bancos proporcionen el mismo servicio de forma gratuita, es absurdo”, declaró la ABA. La organización bancaria enmarca a los firmantes de la carta como “intermediarios” que intentan aprovechar las políticas de la era Biden para obtener beneficios personales.
Implicaciones para el futuro financiero
Este enfrentamiento ocurre mientras la administración Trump avanza con su agenda pro-crypto. El presidente firmó una orden ejecutiva instando a los reguladores a eliminar barreras que impiden a los planes 401(k) incluir criptomonedas, lo que podría permitir a millones de estadounidenses asignar fondos de jubilación a Bitcoin y otros activos digitales.
Con casi el 90% de los ciudadanos estadounidenses creyendo que deberían controlar el uso de sus datos financieros, según mencionan los ejecutivos, la resolución de esta disputa podría definir el rumbo de la innovación financiera en Estados Unidos y su posición competitiva global en el sector de activos digitales.