Una reciente orden ejecutiva del 23 de enero de 2025 marca un giro estratégico en la política de Estados Unidos hacia las finanzas digitales, el objetivo central es consolidar el liderazgo del país en este sector, promoviendo la innovación responsable y protegiendo la libertad económica.
La orden prioriza el crecimiento y uso responsable de activos digitales, blockchain y tecnologías relacionadas, se garantiza el acceso y uso de blockchains públicas y abiertas, protegiendo la libertad de desarrollar software, participar en minería y validación, realizar transacciones sin censura ilegal y mantener la autocustodia de activos digitales.
Un punto clave es el respaldo a la soberanía del dólar mediante el fomento de monedas estables respaldadas por la divisa estadounidense; buscando integrar estas stablecoins en el sistema financiero tradicional, buscando estabilidad y confianza; además, se garantiza el acceso justo a servicios bancarios para individuos y empresas del sector que operen legalmente.
La orden enfatiza la necesidad de un marco regulatorio claro y tecnológicamente neutral, que fomente la inversión y el desarrollo a largo plazo; sin embargo, un aspecto crucial es la prohibición explícita de una Moneda Digital del Banco Central (CBDC) en Estados Unidos, argumentando riesgos para la estabilidad financiera, la privacidad y la soberanía.
Esta directiva revoca la Orden Ejecutiva 14067 de 2022 y el Marco del Departamento del Tesoro del mismo año, señalando un cambio significativo en la estrategia gubernamental. Para coordinar estas políticas, se crea el Grupo de Trabajo del Presidente sobre los Mercados de Activos Digitales, un equipo interinstitucional que busca una implementación coherente de la orden.
En resumen, EE.UU. busca un equilibrio entre innovación y regulación en el ámbito de las finanzas digitales, apostando por un liderazgo proactivo y definido.