En una jugada que ha sacudido tanto al mercado de criptomonedas como al ámbito político, el gobierno de EE.UU. ha movido 29.800 Bitcoin, valorados en aproximadamente 2.000 millones de dólares, a una nueva dirección. Esta acción, que podría ser un desafío a Trump, ha desatado un intenso debate y especulación sobre sus motivaciones y consecuencias.
El pasado lunes, tras las declaraciones de intenciones de Trump, la plataforma de inteligencia criptográfica Arkham detectó que el gobierno de EE.UU. había transferido una gran suma de Bitcoin a dos direcciones separadas: 10.000 BTC a bc1qlap8 y otros 19.800 a bc1qngy.
Según los analistas de Arkham, los 10.000 BTC podrían estar destinados a una institución de custodia, lo que sugiere una posible venta inminente.
Esta acción ocurre poco después de que el expresidente y actual candidato presidencial, Donald Trump, prometiera en la conferencia Bitcoin 2024 en Nashville que bloquearía cualquier venta de las tenencias de Bitcoin de EE.UU. si fuera reelegido.
Trump visualiza estas reservas como la base de una nueva “reserva estratégica nacional de Bitcoin”. En contraste, la reciente transferencia sugiere una estrategia opuesta por parte de la administración actual, lo que muchos interpretan como un intento de frustrar los planes de Trump.
Reacciones y críticas al gobierno de EE.UU. por su actitud hacia Bitcoin
David Bailey, CEO de Bitcoin Magazine y asesor de la campaña de Trump, fue uno de los primeros en criticar la medida, calificándola como un “enorme error político” para los demócratas.
“Si continúan saqueando los Bitcoin de Estados Unidos, despreciarán permanentemente a una generación de votantes”, advirtió Bailey.
Peter Schiff, conocido crítico de Bitcoin y defensor del oro, cree que la administración de Biden venderá todos los BTC antes de que Trump pueda asumir el cargo, si acaba reelegido como presidente de los EE.UU.
Schiff añadió:
“Si Trump realmente hubiera tenido la intención de usar Bitcoin confiscado para iniciar una reserva ‘estratégica’, habría mantenido su intención en secreto hasta que realmente asumiera el cargo”.
Perspectivas del mercado
Mike Novogratz, CEO de Galaxy Digital, también criticó el momento de la transferencia, señalando que mover una gran cantidad de Bitcoin poco después del compromiso de Trump de no venderlos es una decisión “desacertada”.
Este sentimiento también lo comparte Tyler Winklevoss, cofundador de Gemini, que destaca las implicaciones negativas para la relación de la administración Biden-Harris con la industria de criptomonedas.
Ari Paul, director de información de BlockTower Capital, adoptó una perspectiva más cautelosa, sugiriendo que las probabilidades de que Bitcoin se convierta en un activo de reserva estratégico en los próximos cuatro años son de 10:1. Esta visión refleja la incertidumbre sobre el futuro papel de Bitcoin en las reservas estadounidenses.
Implicaciones políticas
La reciente actividad relacionada con la venta de Bitcoin por parte del gobierno de EE.UU. ha generado especulaciones sobre un posible cambio de estrategia.
Algunos analistas creen que esta acción podría estar destinada a dificultar la acumulación de Bitcoin propuesta por Trump y consolidar una postura más prudente respecto a las criptomonedas.
En un intento por salvar las relaciones con el sector cripto, los asesores de la vicepresidenta Kamala Harris, también candidata presidencial demócrata, han estado en contacto con importantes empresas de criptomonedas.
Sin embargo, esta reciente venta de Bitcoin podría complicar estos esfuerzos y alienar aún más a los partidarios de las criptomonedas.
Conclusión
La competencia política y económica entre Estados Unidos y China en el ámbito de las criptomonedas añade una capa adicional de complejidad a este debate.
Mientras Trump y sus partidarios ven en el Bitcoin una oportunidad estratégica, la administración actual parece optar por una postura más conservadora.
La pregunta que queda en el aire es si esta decisión será vista como una jugada maestra para proteger la economía estadounidense o como un error estratégico que podría costar caro en las urnas.