La inflación anual en Alemania se ha disparado, alcanzando el 10% en septiembre, el nivel más alto registrado en los últimos 70 años.
El principal responsable del aumento de precios ha sido el sector energético, que subió casi un 44% sólo en el mes de septiembre, según la Oficina Federal de Estadística.
La energía no es el único responsable del aumento de la inflación en Alemania; los precios de los alimentos aumentaron un 18,7%, los de servicios un 3,6% y los alquileres de viviendas un 1,7%.
El problema y la solución
El gobierno alemán para abordar este problema, ha anunciado la asignación de 200 mil millones de euros, con el objetivo de mitigar los crecientes precios del gas, justo después que el gobierno de ese país respaldara las sanciones internacionales contra Rusia.
El paquete incluye un tope al precio de la electricidad (que fijará un gabinete de gobierno) y el freno al precio del gas (de acuerdo con las recomendaciones de una comisión expertos).
Para el canciller alemán, Olaf Scholz, el país está haciendo todo lo posible para controlar los precios de la energía, pero “los precios están muy altos y muchos ciudadanos y compañías hacen frente a los desafíos difíciles”
En cuanto a la situación del gas proveniente de Rusia, las expectativas de Scholz no son nada buenas para los próximos meses.